Convertir joyas en dinero.
Una a una, las piezas se convirtieron en una pequeña fortuna. La valoración que el vendedor hacía de cada pieza parecía escandalosa, pero yo me limitaba a observar, impasible. Cada artículo vendido me acercaba más a mi objetivo. Cuando por fin me entregó el dinero, sentí una sensación de satisfacción. No eran sólo joyas lo que estaba vendiendo, era mi futuro. Cuando salí de la tienda, sentí una extraña mezcla de nostalgia e impaciencia.

Convertir joyas en dinero.
Un nuevo objetivo en mente
Tenía un nuevo objetivo en mente y sabía exactamente cómo conseguirlo. Mi plan estaba cuidadosamente pensado y no era un simple desafío. No se trataba de venganza, sino de recuperar el control. Una vez asegurado el dinero, elaboré mis siguientes pasos. No podría verlo venir, pero cada detalle iba encajando en su sitio. Estaba cada vez más decidida y no podía echarme atrás.

Un nuevo objetivo en mente