¡No puede ser! ¡Se trata de su cría!
Sí, como lo estás leyendo. Seguro que ni de casualidad habías ni tan si quiera pensado en que podía tratarse de su pequeña cría. En aquel momento todos se preocuparon todavía mucho más. El elefante seguía yendo hacia la comida y los aldeanos comenzaron a examinar el lugar y pensar en alguna solución que pudieran llevar a cabo. La cría estaba allí, atrapada por el fango y prácticamente cubierta hasta la cabeza. Apenas podría respirar, y eso era lo que más preocupaba a Jitendra y sus compañeros aldeanos, por lo que debían actuar con rapidez.
La situación comienza a empeorar
No es de extrañar que, pese a los intentos y la buena intención de la madre elefante por sacar a su cría lo antes posible de aquel anegado lugar, lo que había hecho era prácticamente empeorar la situación. Al empujar la tierra y removerla con su cuerpo gigante y su trompa, hacía todavía más difícil que la cría pudiese escapar en algún momento. Jitendra y sus compañeros lo sabían, tenían poco tiempo para pensar en una solución o esa cría de elefante nunca llegaría a salir de aquel mortal agujero lleno de fango y barro.