Corrieron todos a mirar lo que estaba haciendo el elefante hembra
El comportamiento de los elefantes es bastante curioso, incluso en muchos aspectos se parecen a nosotros los humanos. Cuando un individuo se hace alguna herida, los demás intentan socorrerle e ir en su ayuda. Si alguno de sus miembros muere, le acompañan hasta el final y toda la manada lamenta su pérdida, se puede ver hasta como si estuvieran llorando. Pero en esta ocasión nuestra elefante se encontraba sola, sin tener a su manada por ninguna parte. Todo era muy extraño y los aldeanos no paraban de preguntarse, por lo que decidieron acudir a ver qué estaba pasando.
Ganas de iniciar un ataque
Todos se iban acercando con mucho cuidado, sabiendo que ya se ha visto en miles de ocasiones que cuando un elefante se siente atacado y en peligro, aunque de normal suelen ser poco agresivos, pueden llegar a responder con mucha intensidad y potencia, y causando daños mortales con un poco de mala suerte si hubiera alguien cerca. Algunos de los aldeanos eran más atrevidos que el resto y estaban decididos a investigar de qué podía tratarse, así que asumirían los riesgos de un ataque imprevisto que los cogiera por sorpresa.