La historia comienza a continuación
Hace diez años, mi mujer nos abandonó a nosotros y a nuestros cinco hijos, dejando nuestras vidas desordenadas. De repente, se me impuso la gran responsabilidad de criar a cinco hijos de forma independiente. A pesar de las lágrimas y las dudas, perseveré, y cada año que pasaba reforzaba nuestra conexión y resistencia. Sin embargo, no podía haberme preparado para lo que ocurriría diez años después.

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Comienza la rutina matutina
Mi despertador sonó a las 5 de la mañana y lo apagué cansada. Salté de la cama y me dirigí de puntillas a la cocina. Las mañanas tranquilas eran mi paraíso: un breve descanso antes de que empezara el caos del día. Mientras freía huevos en una sartén, el silbido dio la bienvenida a la mañana. La cafetera hervía a fuego lento, creando un agradable aroma en la habitación. Este hábito se había convertido en mi ancla, el ritual que mantenía unida a nuestra familia.

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