Leona llorando ruega a un turista que la siga. Los aldeanos le dicen que no pero él insiste

PUBLICADO EN 06/08/2025
Publicidad

Misterio en el árbol caído

James rodeó el árbol caído, inspeccionando con atención entre sus numerosas ramas. “Quizá haya algo aquí debajo”, sugirió, agachándose para obtener una mejor vista. El tronco, retorcido y curvado por el tiempo, formaba múltiples escondrijos naturales. La leona pareció aprobar su iniciativa, observando cada uno de sus movimientos con vivo interés. La densa maraña de madera y hojas parecía ocultar secretos, y todo indicaba que estábamos a punto de descubrir algo importante.

Misterio en el árbol caído

Misterio en el árbol caído

Publicidad

Al filo del Apocalipsis

Podíamos sentirlo: una sensación tangible de que este extraño viaje estaba a punto de alcanzar su punto álgido. “Es como si estuviéramos buscando un tesoro o algo así”, comenté, notando cómo la emoción comenzaba a hervir en mi interior. La leona no perdía la concentración; su ir y venir nervioso era un claro reflejo de su creciente anticipación. “Sea lo que sea, estamos cerca”, respondió James. Estábamos completamente sincronizados con ella, y cada crujido bajo nuestros pies amplificaba la sensación de que el clímax de esta travesía estaba a solo unos pasos.

Al filo del Apocalipsis

Al filo del Apocalipsis

Publicidad