Momento de duda
La vacilación me tomó por sorpresa, como una mano oculta que me arrastraba hacia atrás. Las alertas de los aldeanos resurgieron, instándome a mantener la cautela. ¿Qué pasa si cometí un error al estar aquí? Pero atormentándome esa incertidumbre, decidí que este era el punto de no regreso. No permitiría que el temor me coaccionara, no cuando alguien podría requerir asistencia. Me senté al filo del claro, consciente de que hoy sería un día distinto al resto de los días.

Momento de duda
En el claro
Finalmente llegué al claro y experimenté la sensación de que el sol me calentaba la piel, a pesar de la tensión del entorno. “¿Existe alguien aquí?”, exclamé, y mi voz se extendió por el terreno. Esperaba hallar al individuo que habíamos perdido en el bosque o a la leona que había desencadenado toda esta locura. Mis ojos se volteaban a derecha e izquierda, llenos de esperanza y nerviosismo, listos para el hallazgo que sabía que esperaba en este espacio despejado.

En el claro