Profundizar en la maleza
Nos subimos por raíces curvadas y nos acomodamos bajo ramas bajas, cada avance dirigido por la leona. Su caminar era constante, ni acelerado ni pausado, y su resolución parecía contagiárseme. ¿Todo está bien ahí atrás?, le pregunté a James, observando por encima del hombro. Sostuvo con la cabeza, despojándose de las hojas de la camisa. Esta vivencia comenzaba a asemejarse a la aventura que nunca habíamos previsto.

Profundizar en la maleza
Preguntándose por sus acciones
Mi mente se aceleraba a mil por hora: ¿por qué se comportaba como si nos tuviera en necesidad? James me dijo algo más desde detrás de mí. No pude evitar concordar. La leona se desplazaba por la tierra como si llevara un mapa en la mano, su gesto corporal emitía urgencia. Sentí un raro vínculo familiar con ella, como si todos estuviéramos vinculados a través de este viaje imprevisto.

Preguntándose por sus acciones