Revelación de una escena trágica
La leona nos condujo directamente hasta el lugar donde yacían sus cachorros, atrapados e indefensos en las crueles trampas de un cazador furtivo. “Oh, no… ¡pobrecitos!”, exclamé, sintiendo cómo se me rompía el corazón al verlos sufrir. El rostro de James se endureció con una determinación implacable. “Tenemos que sacarlos”, dijo con firmeza, poniéndose en acción sin dudar. Los pequeños lloriqueaban, sus ojos llenos de dolor y súplica. En ese instante, comprendimos con absoluta claridad por qué la leona nos había guiado hasta allí: necesitaba que salváramos a sus hijos de aquella desgarradora pesadilla.

Revelación de una escena trágica
Liberar a los cachorros
James se puso en marcha de inmediato, liberando con sumo cuidado a los cachorros atrapados, mientras yo me agazapaba cerca, preparada para ayudar en lo que hiciera falta. “Ten cuidado”, le pedí en voz baja, consciente de la delicadeza de las pequeñas vidas que pendían de nuestras manos. La leona se movía de un lado a otro, sus ojos llenos de esperanza fijos en nosotros. “Deprisa, no tenemos mucho tiempo”, urgió James, su voz cargada de tensión que impulsaba nuestra coordinación. Cada cuerda desenredada se sentía como una pequeña victoria, y con cada cachorro liberado, la madre parecía respirar un poco más tranquila.

Liberar a los cachorros

