Hacia el peligro
Mientras los demás debatían sobre si deberíamos seguirle o aguardar, me aproximé al sitio donde el hombre había desaparecido. La curiosidad me arrastraba como un niño con numerosas interrogantes. ¿Tenemos que aguardar aquí? interrogó Lucy, mi amiga, con nerviosismo. “No lo sé, pero puede que requiera ayuda”, contesté, sintiéndome presionado por la responsabilidad. Respiré profundamente y continué progresando en la dirección que habían escogido.

Hacia el peligro
Entre la maleza
El tupido arbusto me arañaba los brazos y se atrapaba en mi vestimenta mientras me adentraba en la maraña. “Atención” Tom, otro turista, me gritó, pero yo simplemente asentí. Cada avance que daba parecía transportarme hacia un mundo diferente al que habíamos presenciado hace unos momentos. El verde salvaje había absorbido el camino, lo que dificultaba la visión más allá de unos metros.

Entre la maleza